انجمن راهنمایان محلی
Bruno Rosas
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La comida no sorprende
Empecé mi experiencia con un tiradito de lenguado, probablemente el mejor plato de la noche.
Para seguir pedí una degustación de conchas, las vieiras gratinadas tenían mucha cantidad de queso lo que hacía que fuera imposible comerlas ( solamente tenía palillos para hacerlo) mientras las que tenían mariscos y pescados tenían muchísima mantequilla.
Seguí con una degustación de nigiri sin lugar a dudas el peor plato de la noche, el nigiri de wagyu cortado muy grueso lo que hacías que fuera imposible comerlo, un tartar de salmón con una base de crujiente frito que hacía que se perdiera el sabor, uno de ventresca de salmón con mucha sal en escamas y ralladura de limón lo que hacía que fuese salado por demás y amargo, el arroz de los nigiris un capítulo aparte 👎.
Para terminar pedí pulpo, estaba duro y muy salado, la cocción parecía como si fuese frito, la salsa de ají amarillo que lo acompañaba era totalmente plana sin sabor.
Antes de irme pedí un café, tardo 20 minutos en llegar y me tuve que levantar de la mesa para buscar una cuchara y azúcar.
Es una pena ya que el sitio es maravilloso.
En el momento que pagué, fueron 130 dólares una persona.
Empecé mi experiencia con un tiradito de lenguado, probablemente el mejor plato de la noche.
Para seguir pedí una degustación de conchas, las vieiras gratinadas tenían mucha cantidad de queso lo que hacía que fuera imposible comerlas ( solamente tenía palillos para hacerlo) mientras las que tenían mariscos y pescados tenían muchísima mantequilla.
Seguí con una degustación de nigiri sin lugar a dudas el peor plato de la noche, el nigiri de wagyu cortado muy grueso lo que hacías que fuera imposible comerlo, un tartar de salmón con una base de crujiente frito que hacía que se perdiera el sabor, uno de ventresca de salmón con mucha sal en escamas y ralladura de limón lo que hacía que fuese salado por demás y amargo, el arroz de los nigiris un capítulo aparte 👎.
Para terminar pedí pulpo, estaba duro y muy salado, la cocción parecía como si fuese frito, la salsa de ají amarillo que lo acompañaba era totalmente plana sin sabor.
Antes de irme pedí un café, tardo 20 minutos en llegar y me tuve que levantar de la mesa para buscar una cuchara y azúcar.
Es una pena ya que el sitio es maravilloso.
En el momento que pagué, fueron 130 dólares una persona.