موزه شکلات ویلا د لیوا

Es un lugar bonito pero fin de puente estaba abarrotado de gente ,deberían controlar el ingreso para poder disfrutar,no comparamos ni comimos nada porque no había como!! Es día normales debe ser agradable

La temática es única, me encantaron los espacios para tomar fotos, el restaurante una delicia y el museo me dejo sorprendida, es un lugar único y encantador en el cual disfrute la estancia

Muy costoso, y el museo como tal no es muy interesante pues toca escanear mil códigos QR para saber de las exhibiciones.

La tableta de chocolate de fresa cuesta 18.000 y es terrible, sabe a puro jarabe no pierdan su dinero, los otros productos de las fotos estaban ricos.

Hermoso local! La decoración nos pareció hermosa y muy creativo como visten a los empleados.
El sabor y textura de la Miloja estaba exquisito y llevamos varios productos para probar.
Una vez más, felicitaciones por la decoración. Precioso

De mis lugares favoritos para visitar en Villa de Leyva. Amé la degustación de exquisitos productos de chocolate artesanal, el museo brinda una inmersión completa en el mundo del cacao y el chocolate. Además, su personal amable y conocedor hace que la experiencia sea aún más placentera. Es un destino para aquellos que desean deleitarse con el dulce placer del chocolate mientras aprenden sobre su fascinante historia.

Es un museo pequeño pero muy bonito, a los niños les encanta. Si quieren entrar lo mejor es comprar una torta de chocolate que vale 40 mil pesos y así pueden ingresar 4 personas. De lo contrario tienen q hacer una compra mínima de 20 mil pesos por persona para poder ingresar.

Es un espacio pequeño, que hace que la gente se aglomere en algunas zonas, sin embargo, esto no impide que sea una experiencia agradable,los precios en la tienda pueden ser altos para el tamaño de la presentación de algunos productos.

Su restaurante está muy bien decorado, para los amantes del dulce es un lugar recomendado, para mí gusto ya es excesivo el dulce que se tiene en sus bebidas, la atención del personal, impecable, aún cuando había mucho flujo de personas siempre realizaban una atención muy cordial.